jueves, 26 de septiembre de 2013

Replanteándonos las rupturas.

El estado final que con frecuencia suele alcanzarse en el proceso de deterioro de una pareja es "la soledad de dos en compañía". 


Merece la pena caer en la cuenta de que este proceso es universal en la sociedad moderna occidental. Ambas condiciones, la idílica al comienzo y la trágica ruptura son de sobra conocidos por todos; lo que no resulta tan asequible, sin embargo, es el proceso que lleva de una situación a otra.
Ante la disolución de una pareja es frecuente preguntarse personalizando:     ¿ quién es el causante?, ¿ de quien es la culpa?. Entre las respuestas posibles, las hay variadas: desde los amigos, al trabajo, pasando por la suegra, los gustos dispares y las prácticas sexuales.

Lo curioso, es que las cosas no son tan simples entre los humanos. Sin embargo, es posible hacer un análisis de la pareja, especialmente de tu relación y de las circunstancias que le rodean y llegar a formulaciones operativas sobre las causas del deterioro y sobre las posibles vías de recuperación, siempre que sea deseado por los propios interesados.

En cualquier caso, es importante destacar que una pareja es ante todo relación, interacción, intercambio, dar y recibir y que es en este dinamismo donde se encuentra la raíz del "amor".  Por ello,disponer de una asesoría de psicólogos previa a la tramitación del divorcio, permitiría que las parejas tengan la oportunidad, si lo desean, de replantearse su relación agotando nuevas posibilidades que la psicología ofrece para resolver conflictos de pareja.















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