lunes, 24 de marzo de 2014

"Adolescencia"

"Los problemas de la adolescencia todos se van, son como un largo y muy fuerte resfriado." (Dawn Ruelas)

Hoy vamos hablar de la adolescencia, con la frase que hemos encabezado la entrada damos una visión general de lo dura, complicada, cambiante, dolorosa en ocasiones y emocionante que es este periodo en nuestras vidas y lo lejano que parece cuando le pasas, pero como todo en esta vida influye en ella, pero no de forma determinante pues siempre estamos a tiempo de coger el camino que deseamos.

Esta entrada va dirigida a todas las personas, para que entiendan o pongan en orden muchas de las cosas y situaciones que vivieron en aquella época. También a los padres preocupados por hijos con esta edad, daremos algunas pautas para la interacción entre padres y adolescentes. 

Antes de empezar, recordar que aunque hablemos desde el término general, cada adolescente es único y que puede haber mayores y menores problemas  y pueden que gran parte de ellos influenciados por el periodo de edad.

Con el término adolescencia nos referimos a la etapa vital entre los 10 y los 17  años aproximadamente. Por supuesto el criterio de la edad no es el que marca el inicio y el final de la misma, ya que cada persona vive este periodo de forma diferente y las experiencias también la moldean. Se caracteriza por cambios rápidos en el desarrollo ya que esta etapa es el tránsito entre la niñez y la edad adulta. 


Hoy os presentamos una guía para padres de adolescentes publicada por el Departamento de Educación de los Estados Unidos y adaptada por el Psicólogo Gregorio Verano . Al ser un periodo tan complicado es normal que surjan preocupaciones más allá de las pequeñas riñas, sino más bien sobre su futuro escolar y laboral, el posible acercamiento a las drogas, la vida sexual, la influencia de su entorno y su desarrollo entre otras cuestiones de similar importancia.

Preocupaciones del tipo:
¿Qué cambios va a experimentar mi hijo en los próximos años?.
¿Es realmente tan difícil comunicarse con un adolescente?.
¿Hasta que punto debo darle libertad?.
¿Cómo puedo ayudarle a mejorar la confianza en sí mismo?.
¿Es posible contrarrestar la influencia negativa de algunos amigos?
¿Es la Secundaria tan fiera como la pintan?
¿Hasta qué punto debo controlar su actividad escolar?
¿Cómo ayudarle a distinguir lo bueno y lo malo?
¿Qué pistas me pueden indicar que tiene algún problema grave?

                        

Los cambios en la adolescencia
 Durante un periodo de aproximadamente cuatro años se producen cambios importantes que transformarán al niño en un joven totalmente preparado para la vida adulta.
Cambios físicos
Cambia la estatura y la figura, aparece el vello corporal, púbico y en las axilas. En las chicas comienza la menstruación y se desarrollan los senos. En los chicos se desarrollan los testículos. Cada adolescente inicia la pubertad en un momento distinto, si bien las chicas se desarrollan algo primero (dos años más o
menos).
Estos cambios físicos suelen traer consigo preocupaciones sobre su “imagen” y su aspecto físico que muestran dedicando horas a mirarse en el espejo o quejándose por ser “demasiado alto o bajo, flaco o gordo”, o en su batalla continua contra granos y espinillas (acné).  Las diferencias de tiempo entre unos y otros pueden dar lugar a preocupaciones: los que tardan más (especialmente los varones) pueden sentirse inferiores ante algunos compañeros y dejar de participar en actividades físicas o deportivas; las chicas que se desarrollan primero pueden sentirse presionadas a entrar en situaciones para las que no están preparadas emocional ni mentalmente.
Sea cual sea su velocidad de desarrollo muchos adolescentes tiene una visión distorsionada sobre si mismos y necesitan que se les asegure que las diferencias son perfectamente normales.
Cambios emocionales
Pensar que los adolescentes están totalmente regidos por los cambios hormonales es una clara exageración. Es cierto que esta etapa supone cambios rápidos del estado emocional, en la necesidad mayor de privacidad, y una tendencia a ser temperamentales. Sin embargo y a diferencia de los niños que no suelen pensar en el futuro, los adolescentes si que lo hacen y con más frecuencia de lo que los
padres creen. Algunos incluso llegan a preocuparse en exceso de:
- Su rendimiento escolar.
- Su apariencia, desarrollo físico y popularidad.
- La posibilidad de que fallezca un progenitor.
- La violencia escolar.4
- No tener amigos.
- Las drogas y el alcohol.
- El hambre y la probreza en el mundo.
- Fracasar en conseguir un empleo.
- Las guerras o el terrorismo.
- El divorcio de sus padres
- La muerte.
Durante este periodo suele ocurrir que estén demasiado centrados en sí
mismos: creen que son la única persona en el mundo que se siente como él, o que
solo a él le ocurren las cosas, o que es tan especial que nadie puede comprenderlo (y
menos su familia). Este centrarse en sí mismo puede dar lugar a momentos de
soledad y aislamiento, o a la forma de relacionarse con familiares y amigos (“no
soporto que me vean salir del cine con mis padres”).
Las emociones exageradas y variables así como cierta inconsistencia en su
comportamiento son habituales: Pasan de la tristeza a la alegría o de sentirse los más
inteligentes a los más estúpidos con rapidez. Piden ser cuidados como niños y a los
cinco minutos exigen que se les deje solos “que ya no son niños”.
Otro aspecto cambiante es la forma de expresar los sentimientos. Los besos y
abrazos de la niñez pasan a leves gestos de cabeza. Las expresiones de afecto hacia
la familia les pueden parecer ridículas (“cosas de niños”). Recuerden que son
cambios en la forma de expresarse, no cambios en los sentimientos hacia sus
amigos, familiares o seres queridos.
Conviene, no obstante, estar pendiente de cambios emocionales excesivos o
periodos de tristeza de larga duración pues pueden indicar problemas serios. En el
capitulo Problemas se profundiza en este aspecto.
Cambios mentales
Son menos aparentes pero pueden ser tan radicales como los físicos o
emocionales. Durante las primeras fases de la adolescencia el avance en las formas
de pensar, razonar y aprender es especialmente significativo. A diferencia de los niños
son capaces de pensar sobre ideas y asuntos sin necesidad de ver ni tocar, empiezan
a razonar los problemas y anticipar las consecuencias, considerar varios puntos de
vista, y reflexionar sobre lo que pudiera ser en lugar de lo que es.
Una de las consecuencias más relevante de estos cambios mentales es la
formación de la identidad: pensar en quienes son y quienes quieren llegar a ser es un
asunto que les ocupa tiempo y hace que exploren distintas identidades cambiando de5
una forma de ser a otra con cierta frecuencia. Esta exploración es necesaria para un
buen ajuste psicológico al llegar a la edad adulta.
La capacidad de pensar como adultos acompañada de la falta de experiencia
provoca que el comportamiento de los adolescentes no siempre encaje con sus ideas:
pueden (por ejemplo) ser grandes defensores de la naturaleza pero tirar basura en
cualquier sitio.
Padres eficaces
Al entrar en la enseñanza Secundaria hay una cierta relajación en la atención
que los padres prestan a sus adolescentes. Nada más equivocado pues necesitan la
misma cantidad de atención y cariño que cuando era más pequeño, o incluso algo
más.
Cada familia tiene sus formas de pensar y sus prioridades, no obstante las investigaciones han demostrado algunas cualidades comunes en los padres eficaces:
Demuestran amor. Los adolescentes necesitan poder contar con sus padres. que se comuniquen con ellos, que les dediquen tiempo y que demuestren que se preocupan por su bienestar. Los padres pueden querer a sus hijos al tiempo que rechazar lo que hacen, y los chicos deben estar seguros de que esto es cierto.
Apoyan. 
Ponen normas. Fijar límites en el comportamiento hace sentirse emocionalmente seguros a niños y adolescentes. 
Dan ejemplo. Mientras exploran distintas posibilidades de quien quieren ser los adolescentes buscarán ejemplos en sus padres, familiares, amigos, personalidades uotras personas, pero sobre todo en sus padres.
Enseñan responsabilidad. 
Facilitan experiencias. Según los recursos de cada familia conviene facilitarle
que conozca nuevas cosas. La curiosidad le hará probar nuevos deportes, o nuevos
intereses académicos, experimentar expresiones artísticas, o probar en actividades
sociales o religiosas diversas. No le desalienten ni pierdan ustedes la paciencia, la
exploración es parte fundamental de la adolescencia.
Respetan. Es falso que todos los adolescentes sean rebeldes y difíciles, pero
es cierto que necesitan ser tratados con respeto, que se reconozca y aprecien sus
diferencias y se les trate como personas.
No existen los padres perfectos. Una mala contestación o decisión dada un “mal día” no tiene por que afectar a su hijo de por vida. Lo importante es lo que usted haga de forma habitual, el día a día.


Comunicarse con un adolescente
Muchos padres piensan que su adolescente se comunica mejor con cualquiera que con sus propios padres, aunque sean unos padres maravillosos. La clave parece estar en ser curioso (interesarse por sus cosas) pero sin interferir demasiado.
Esforzarse por respetar la necesidad de privacidad del adolescente (“son mis cosas”) al tiempo que se establece confianza y cercanía emocional.
Si se establecieron hábitos de comunicación durante la infancia con el adolescente será más fácil, no obstante siempre es posible mejorar la comunicación con un hijo o hija adolescente. Aquí le ofrecemos algunas estrategias.
Reconozca que no hay receta mágica. Lo que funciona con unos no funciona con otros. Averigüe cuales son los intereses de su adolescente, infórmese del asunto e intente entrar por ese tema.
Escuche. No hable usted. Limítese a escuchar, no interrumpa y ponga atención a lo que él o ella dice. Elija un lugar tranquilo y sin interrupciones (apague la televisión). Cuantos menos consejos de, más consejos le pedirá. No sermonee.
Busque ocasiones. Los adolescentes no cuentan cuando se les ordena, sino cuando ellos quieren. Usted debe estar disponible, unos prefieren hablar al llegar de clase, otros después de cenar, otros antes de irse a la cama. En general las mejores conversaciones se dan cuando se hacen cosas compartidas (lavar el coche, cocinar, mover muebles, pintar una habitación...).
Hable de las diferencias. Si su hijo no tiene claro que se respeta su derecho a opinar diferente será difícil que se abra con usted. El desacuerdo civilizado y razonado  no impide la comunicación. Conocer en qué no están de acuerdo puede ser muy útil para saber el nivel de madurez de su adolescente y permitirá renegociar normas.
No exagere. Si ante un error o incumplimiento de su hijo usted reacciona desproporcionadamente es muy posible que acaben en gritos e insultos. Controle su rabia sin dejar de expresar su preocupación. Una buena forma es preguntar, lo más calmado posible, su opinión al respecto y a partir de ahí hablar de las diferencias. Si su hijo de 14 años le cuenta que el pasado viernes probó una cerveza y usted pierde los estribos, lo más probable es que no vuelva a contarle nada en mucho tiempo. Sus preocupaciones e intereses. Algunas de las cosas de las que ellos quieren hablar quizás a usted le aburran, póngase en su lugar y en su época. No finja
interés, lo notan. Preguntar y escuchar es signo de respeto hacia los sentimientos y opiniones. Algunos de los temas que interesan o preocupan en estas edades son:
- Los estudios. 
- Aficiones. 
- Emociones
Cuando no esté seguro de la importancia de un tema para su hijo
PREGÚNTELE. ¿Qué importancia tiene para ti?, ¿Con qué frecuencia te
preocupa?, ¿Te parece un problema pequeño, mediano o grande?. Conocer
la magnitud y la importancia de sus preocupaciones le permitirá decidir
mejor como afrontarlo.
- Familia. 
- Temas delicados. Si usted evita hablar de temas delicados lo más probable es que su adolescente busque información y opiniones en otro lado. Los adolescentes dicen saber mucho acerca de algunos temas delicados pero la realidad es que saben más bien poco. Afrontar un asunto delicado por primera vez y de frente funciona pocas veces. No puede uno sentarse frente a su hijo de trece años y sin haber tocado antes el asunto decir: “Hoy vamos a hablar de las relaciones sexuales”. Esta es la forma más rápida de acabar
una conversación antes de empezarla.
- Los padres
- El futuro. 
- Cultura, acontecimientos. 
Comuníquese con respeto. A veces los adolescentes provocan diciendo o
haciendo cosas inapropiadas. No caiga en la provocación. El auto-control que usted
demuestre dará fruto en mejores relaciones y conversaciones en el futuro. A veces
dan más importancia a cómo se dicen las cosas que a las cosas que se dicen.


Conclusión y resumen
Es imposible garantizar que un adolescente concreto llegará a ser un adulto maduro, responsable y capaz. La influencia de los padres es mucho mayor de lo que se cree. A pesar de episodios frustrantes y al límite de la paciencia manténgase al tanto de su hijo, pues nadie lo va a hacer por usted.
Aprenda todo lo que pueda sobre los adolescentes, su mundo es fascinante.
No deje pasar la oportunidad de disfrutar de una etapa esencial en el crecimiento de su hijo o hija.
Resumen
· Cuanta más información tenga sobre la adolescencia, mejor podrá anticiparse a los cambios y las decisiones que tome serán mucho más eficaces.
· Manténgase al tanto de la vida de su hijo dentro y fuera de la escuela. Una buena relación con los padres es la mejor protección para crecer y explorar el mundo. Sea imaginativo para seguir conectado a su hijo.
· El afecto incondicional y unas normas claras, razonables y razonadas son los cimientos para que su hijo se desarrolle y se sienta seguro.
· Hable con su hijo de los temas importantes en la vida y no evite los temas delicados o difíciles.
· Márquele metas altas pero realistas. Dígale que espera de él su mejor esfuerzo.
· Valore la educación, mantenga el contacto con los profesores, y supervise su evolución académica.
· Ayúdele a descubrir sus puntos fuertes y elógielo por lo que hace bien.
· Conozca a los amigos de su hijo y a sus padres. Hable con él sobre los amigos, la amistad y las cosas que pueden pasar cuando esté con sus amigos.
· No deje a su hijo solo frente a los medios de comunicación y la publicidad. Converse sobre las películas, los video-juegos, las revistas que lee y la música que escucha.
· Los valores que usted desea para su hijo tienen que vivirlos en la familia para luego ponerlos en práctica.
· Esté alerta ante los problemas graves que pueden surgir durante la adolescencia.
Si no puede afrontarlos busque ayuda profesional cuanto antes.
· No se desanime ante las dificultades, la mayoría de adolescentes las superan con
éxito si los padres están disponibles para ayudarles y no se rinden.
· Escuche a su adolescente.


Hasta aquí la entrada de hoy, os animo a leer la versión completa de esta guía pues proporciona pautas e información muy valiosa sobre como hacer con un adolescente. 

Referencias:
Departamento de Educación de los Estados Unidos
Oficina de Asuntos Intergubernamentales e Interagencia
Cómo ayudar a su hijo durante los primeros años de la adolescencia
Washington, D.C., 20202.
La actual versión ha sido adaptada y corregida por Gregorio Verano Rodríguez (Psicólogo. Ayuntamiento de Avilés).



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