La mayoría de la gente es bombardeada continuamente con invitaciones a mejorar su propio rendimiento. Por ello, quizás leyéndolo este fragmento te has visto reflejado/a, te has acordado de tu hermana, o de tu amigo o compañero de trabajo.
Desde el nacimiento, nosotros( y nuestra conducta , es evaluada, criticada, corregida y recompensada. En la escuela y en casa antes, y en el trabajo, después, se aprende a conseguir la aprobación de los demás logrando unos estándares específicos. De este modo, cuando se cometen errores, se dan consecuencias negativas. Eso si, desear incrementar el rendimiento no es lo mismo que ser perfeccionista.
El concepto de perfeccionismo se define desde un punto multidimensional, es decir, compuesto por un conjunto de aspectos. Sin embargo, independientemente de la perspectiva que tomemos, existen elementos que caracterizan a los perfeccionistas:
- Las personas perfeccionistas tienden a poseer estándares difíciles o imposibles de lograr.
- A pesar de que tener altas expectativas es a menudo útil, el perfeccionismo está asociado a anhelar estándares tan altos que, de hecho, afectan al rendimiento de la persona.
- El perfeccionismo se asocia a menudo con otros problemas, como ansiedad o depresión.
Es importante ser consciente de que las creencias influyen en nuestro comportamiento, a veces adapatado y otras inadaptado y con graves consecuencias para nuestro bienestar. Por ello, es de vital importancia plantearse si se poseen estándares adecuados o si, por el contrario, tu vida es una continua carrera para llegar a una meta cada vez mayor que te impide disfrutar del escalón en el que te encuentras.
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